sábado, septiembre 05, 2009

Debian: jugando se aprende



Esta forma de escribir tendrá enormes ventajas; entre otras, hay una que me parece particularmente importante. Se trata de que utilizando estos caracteres será imposible escribir ideas quiméricas tal como se nos ocurren. Un ignorante no será capaz de utilizarlo o, de lo contrario, al tratar de hacerlo, se convertirña en un erudito.
G.W. Leibniz, 1678


Cuando Leibniz habla de "esta forma de escribir" se refiere al que fue su gran proyecto, un alfabeto que contuviera el pensamiento humano y las herramientas de cálculo necesarias para resolver problemas filosóficos igual que resolvemos los matemáticos. Aunque murió sin ver realizado su sueño, sentaría las bases de la lógica moderna, disciplina de la que derivan -entre otras cosas- los lenguajes de programación*.

Lo que me gusta de esta cita es que propone, en sí misma, un precioso juego de lógica: ningún ignorante podrá utilizar la nueva forma de escribir porque, tratando de hacerlo, dejará de ser ignorante. Eso es exáctamente lo que me pasa a mí con Debian. Por eso prefiero pasar un mes o dos pegándome con diferentes problemas que en Ubuntu están resueltos de antemano, porque ningún ignorante puede utilizar Debian. Y yo quiero aprender.

Ubuntu vs Debian. Comparado con distribuciones como Ubuntu, Debian no es la mejor elección para un portatil de última generación. Esto es porque Debian y Ubuntu (que está basado en Debian) tienen objetivos muy diferentes. Ubuntu está diseñado para que tu -o tu padre, o tu abuela- coloques el liveCD en la disquetera y decidas en qué idioma quieres trabajar y si prefieres instalar los programas online para obtener las últimas versiones o prefieres limitarte a lo que hay en el disco. La instalación es a prueba de tontos (yo necesitaba ayuda para instalar Windows) y, en un 90% de los casos, todo funciona a la perfección. Una vez instalado, ofrece todo lo que un usuario medio pueda necesitar y -aquí es, en mi humilde opinión, donde Ubuntu brilla con luz propia- su sistema de actualización e instalación de nuevos paquetes es tan simple y funciona tan bien que hasta mis plantas podrían instalarse un programa de riego si se supieran la contraseña de administrador. Ubuntu está creado para que lo único que tengamos que hacer con nuestro ordenador sea usarlo, algo muy conveniente cuando eso es exáctamente lo que quieres hacer. Mi padre, que es químico, se ha instalado Ubuntu y empieza a descubrir ahora todos tipo de programas relacionados con su disciplina que se puede descargar y empezar a usar en unos segundos. Ubuntu es, en resumen, el mejor sistema operativo del planeta**, pero todo funciona tan bien que no aprendes nada. Dicho al estilo de Leibniz, un idiota podría utilizarlo y seguir siendo tan idiota como cuando empezó.

Debian, por otra parte, no es un sistema operativo, es el Sistema Operativo Universal. Al contrario que Ubuntu (o Mepis o Suse), no pretende ser sencillo, intuitivo y asimilable sino polifacético, ultraseguro y modular. Hay cientos de distribuciones basadas en Debian, de las que Ubuntu es sólo una pequeña parte excepcional. Debian funciona en ordenadores personales pero también en robots, lanzaderas espaciales, trasatlanticos y submarinos. A Debian no le preocupa que tu tarjeta wireless funcione en tu portatil de último modelo. Es muy posible que la solución a tu problema esté en testing -y haga que tu tarjeta gráfica vea muertos- o en unstable, a medio camino entre el "esto funciona en mi tostadora, si quieres puedes probarlo en tu hidroavión" y "esto funciona". Pero, si quieres estar seguro de que todo va como la seda, quieres esperar a stable. Y el ciclo de testing a estable es de dieciocho meses, mientras que en Ubuntu es de seis.

Tecnicamente, no tiene por qué ser así. Ubuntu coge los proyectos en desarrollo de Debian unstable, lo limpia de errores y los convierten a stable en seis meses. Lo malo es que, muchas veces, olvidan devolver los resultados al repositorio de Debian para que gente como yo pueda disfrutar de cosas como la suspensión o CUPS sin que se joda la junta de la trócola. Esto es porque Ubuntu tiene cosas más importantes que hacer que ser cortés (y digo esto sin asomo de malicia). Ubuntu no tiene porqué contribuir al repositorio de paquetes de Debian; sencillamente, estaría muy bien que lo hicieran. Pero, si yo hiciera todo lo que debería hacer, también visitaría más a mi familia, iría más al parque, haría la compra una vez a la semana en el mercado de los sábados y terminaría el 10 to Anal. Uno no siempre tiene tiempo de hacer lo que tiene que hacer. En el caso de Ubuntu, está más que justificado.

Si yo quisiera tener todo funcionando en una sola tarde y no tener que preocuparme más, me instalaba Ubuntu y santas pascuas. Si he decidido quedarme en Debian no es por quijotismo descerebrado sino porque sé que todo el esfuerzo que invierta me será devuelto con creces de muchas formas diferentes, algunas de las cuales empiezo a comprender después de tres años. También me costó dios y ayuda leerme los tres primeros libros que me leí en inglés, en lugar de leer las traducciones, pero gracias a ese esfuerzo mi inglés ha mejorado mucho y puedo leer cosas que antes estaban fuera de mi alcance, además de disfrutar a Shakespeare en su idioma original. Se me ocurre que otro buen ejemplo es el latín de segundo de básica. En el momento, aprender a derivar una lengua muerta parece una sofisticada tortura paterna para preservarnos la castidad, sobre todo cuando pensamos que dejaremos el instituto y el latín habrá desaparecido felizmente de nuestras vidas. El latín, sin embargo, me ayudó a entender mejor las matemáticas y me dió la mejor estructura para entender otras lenguas. Ahora pienso que el verdadero propósito de la asignatura no era aprender latín sino aprender a pensar.

Windows y el factor esotérico. Como ya he explicado muchas veces, mi relación con Windows fue dolorosa hasta el punto de necesitar ayuda para su instalación. De las múltiples cosas que me incapacitaban para dicha instalación, la peor era que el proceso atascara de repente en algún sitio sin explicación alguna y que la única solución sugerida fuera volver a empezar. Y que, cada vez, se atascara en un sitio distinto hasta que, de repente, todo funcionaba sin ninguna exlicación. ¿Por qué falló la primera? ¿La segunda? ¿Por qué la tercera funcionó? ¿Es el hardware? ¿Es el software? ¿Es la alineación de la luna con la osa mayor? Ese factor esotérico me sacaba de quicio porque no me dejaba entender los problemas para poder predecirlos, solucionarlos y asegurarme de que no volvieran a ocurrir y, ustedes lo habrán notado, yo soy una control freak. Con Debian puedo tirarme un mes tratando de poner mi tarjeta wireless en marcha pero, al final, sé por qué no funcionaba y cuál ha sido la solución. Me toca leerme los manuales, consultar en los foros y comerme la vergüenza que me da pedir ayuda en el IRC. Pero todo eso me ayuda a entender mejor los procesos que tienen lugar en una máquina que utilizo una media de doce horas al día y a mejorar su rendimiento. Y me ayuda a pensar mejor.

Eso es lo que le digo a la gente cuando me pregunta por qué no instalo el nuevo Ubuntu y me dejo de tonterías. Que, al final del día, usar Debian me hace un poco menos idiota. Seguro que ustedes también lo agradecen.

NOTAS

*Si alguien tiene inerés en este tema, recomiendo el libro "La computadora Universal" de Martin Davis, un libro precioso editado en Debate y traducido por Ricardo Garcia Perez.

**Distribución vs sistema operativo. Efectivamente, el sistema operativo no es Ubuntu sino GNU/Linux, del que Ubuntu -al igual que Debian- es sólo una distribución. Sin embargo, Debian es descrito en la página oficial como un sistema operativo (SO) libre para tu ordenador, Ubuntu como un sistema operativo completo basado en Linux, el centro de recursos sobre Sistemas operativos considera que las distrubuciones son sistemas operativos y, para la mayor parte del mundo, Windows XP es un sistema operativo. En todos los casos es un error, pero también creo que estas "tecnicalidades" serían un error mayor porque confunden al lector no familiarizado con términos tan ambiguos como "distribución" cuando, incluso en los círculos relacionados con el software libre, se acepta sistema operativo como animal de compañía. Esto es una opinión, claro, pero para eso es mi blog y me lo follo cuando quiero ;-) ]

Nota final. En los comentarios noto que, por dejar claro mi punto de vista, he dado la impresión de que Debian es tan indómito como lo era hace cinco años pero nada más lejos de la verdad: es fácil. Hoy dia te lo instalas desde el DVD de instalación y, a no ser que te hayas comprado un portatil de cienca ficción con componentes superexclusivos, lo normal es que funcione todo del tirón o que la solución sea tan sencilla como instalar una librería extra. Y Debian es ligero. Tanto, que rejuvenece milagrosamente las maquinas más ancianitas. Y hay otra cosa: que tu ordenador es tuyo, hasta la última fibra de su ionizado ser. Nada sobra y, si algo falta, apt-get install. Y no hay vuelta atrás.

Fielmente copiado de: http://www.lapetiteclaudine.com/archives/009786.html


 
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